PEPE CAMACHO VIUDEZ

El 13 de Diciembre de 2017 nos dejaba nuestro amigo Pepe Camacho.


Andaluz. Fue preparado para ser cura-cura, como él mismo confiesa en la autobiografia que escribió para el libro "Curas Casados", publicado por Moceop: "Yo nací en un pueblo (Huércal-Overa, Almería), viví en el mismo, ingresé en un seminario CONCILIAR (el de Almería); con conciliar quiero decir que se educaba según las normas del concilio de Trento (s.XVI); y confieso que como fui un chaval de aquellos que se lo creen todo, sin criterio propio, de buena voluntad, todo me lo tragaba..."

Pero enseguida fue consciente de que evangelizar era otra cosa que regentar una parroquia o leer el Evangelio a la gente. Cura-obrero como el camino más lógico para sentirse persona normal.

En este camino hacia la normalidad va apareciendo también la conciencia de la propia afectividad. Y llega el enamoramiento y la decisión de dejar el clericalato y formar una familia.

Desde entonces, diversos trabajos civiles, y la apuesta por otra Iglesia posible. Continuó viviendo la fe desde una comunidad tipo doméstico y mas servidora.


"AUTOBIGRAFIA"

Publicada en el libro "Curas Casados (Historias de fe y de ternura) editado por Moceop en el año 2011


La vocación: cura de los pies a la cabeza

Yo nací en un pueblo (Huércal-Overa, Almería), viví en el mismo, ingresé en un seminario conciliar (el de Almería); quiero decir conciliar según las normas del concilio de Trento (s.XVI); y confieso que como fui un chaval de aquellos que se lo creen todo, sin criterio propio, de buena voluntad, todo me lo tragaba.

De esta manera acabé la Teología y me ordenaron de cura-cura el año de 1960. Totalmente clérigo. De los pies a la cabeza, usque ad talas. Yo salí ondeando manteo, teja en ristre y marca de tonsural, bien preparado en Liturgia, Derecho Canónico, Teología Dogmática, Moral. Y para hablar en público, con buenas prácticas de oratoria.

La espiritualidad: no entroncaba con la vida ordinaria

La oración, la meditación, la piedad, los sacramentos, la ascética. eran la espina dorsal que había de sostener mi vocación y mi entrega durante los años de vida que el Señor me diera. Ciertamente, convencido de esto, lo llevaba a la práctica -y aún lo llevo- convencido de que mi vida o está bien cimentada en la piedad o no tiene sentido, se convierte en pura hipocresía.

Pero había algo que, apenas salí del seminario, se me vino encima y puso en apuros mi sacerdocio recién inaugurado: yo no sabía cómo entroncar la vida ordinaria de la gente de la calle con mis ideas piadosas. Por aquellos días me llegó una pregunta inquietante a la que no sabía responder: ¿cura para qué? Después tampoco supe.

Primeros contactos con la realidad: evangelizar era otra cosa

Trabajé con ilusión. El primer año, justo un año, de Santiago a Santiago2, fui destinado en la parroquia de San Roque, de Almería, en un barrio de pescadores («La Chanca»). Me echaba al bolsillo el librito de los Cuatro Evangelios de la Editorial BAC, esperando sacarlo en cualquier sitio y en cualquier momento para leérselo a los pescadores. Tuve la impresión de que aquello no funcionaba y empecé a comprender que evangelizar era otra cosa cuando compartí la mitad de mi paga con un pescador que tenía trece hijos y no ganaba lo suficiente. Me embarqué, fui una sola vez al sindicato para dar la cara a favor de los pescadores y esto bastó para que me trasladasen sin más aviso a la otra punta de la diócesis (tierra adentro).

Seis años en unas aldeas perdidas al fondo de la diócesis, practicando de cura rural, atendiendo las catequesis y demás funciones parroquiales. Fui consiliario de la JOC y tuve la gran suerte de acudir a un cursillo para consiliarios sobre psicología de masas donde me desmontaron (o al menos lo intentamos) la función clerical de notable del pueblo. Además, aprendí a escuchar en el diálogo: ¡que no es poco!

Tres años en otra parroquia-municipio, donde compartí casa con un compañero encargado de otra parroquia vecina. El ambiente era bastante piadoso; pero muy conservador. Nada especial que destacar salvo mis contactos con la HOAC.

En el año 70 recibí el nombramiento de consiliario diocesano de la HOAC junto con el traslado a otra parroquia de unos siete mil habitantes, reclamado por un grupo de militantes de estos dos movimientos obreros (JOC y HOAC)3. Además de los respectivos cursillos y contactos con estas organizaciones a escala nacional, realicé otro cursillo de dinámica de grupos, que me impactó de manera especial y en el que logré conocerme más a mí mismo; sobre todo tomé conciencia de mi parte afectiva, reprimida sobremanera durante los años anteriores.

Experiencia de cura obrero: sentirse persona

Durante tres años y medio estuve de cura obrero trabajando en las canteras de mármol: experiencia de la que nunca me arrepentiré; en las canteras comencé a sentirme persona, no un notable.

Los equipos de militantes se mantuvieron, algunos militantes emigraron; todos mis empeños eran por realizar una iglesia diferente, otra iglesia es posible, lo mismo que el slogan de «otro mundo es posible»; en esto puse todos mis esfuerzos pero la nueva iglesia no nacía y yo -que ya estaba solo en la parroquia, es decir, sin otro cura que hasta un par o tres años antes había estado de párroco- me veía obligado a realizar todas las funciones clericales que requiere una parroquia tradicional.

Ruptura con el clericato.

La oportunidad de un año sabático

Al cabo de once años me vino la oportunidad de un año sabático que fue como anillo al dedo para cortar con la acción pastoral o, mejor, con mis relaciones con una parroquia donde se había creado una simbiosis y una aureola -por qué no decirlo- entre la mayoría de la gente y yo; digo la mayoría, pues la clase acomodada, no me aceptaba de muy buena gana. Veía destrozada toda la buena voluntad que yo había puesto en la evangelización al decidir «salirme», como la de otros ocho compañeros que en poco tiempo habían «desertado» en ésta y en otras dos o tres parroquias vecinas. Pensaba en los comentarios que harían de mi persona y de mis actitudes en la parroquia que yo había construido con gran empeño y solicitud. «¡Otro igual que los demás!» Y me dolía.

Me fui a Roma, estudié dos cursos (1981-1983) en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Santo Tomás y me vine con el título de licenciado.

Ni que decir tiene que esto me sirvió para cortar con toda mi situación anterior y que provocó en mi persona un schock bastante traumático, aunque yo, a mis cuarenta y ocho años, ya estaba bien madurito como para arrostrar esa situación de desamparo total.

He dicho más arriba, que el cursillo de dinámica de grupos me sirvió para dar suelta a mi afectividad. Sí, lo confieso. Y como estas líneas y todo el libro en el que participo, quiere dar a conocer las situaciones afectivas por las que hemos venido pasando los curas durante nuestro tiempo de celibato, ahí van cuatro folios mal escritos, no faltos de sinceridad: aunque al escribirlos me ruborice -pues aún queda, y mucho, del marchamo que yo voluntariamente imprimí en mi vida- y me sienta incómodo manifestando mi interior.

Yo acepté el celibato, voluntaria y libremente, sin experiencia, claro, pues la experiencia te la da la vida. Guardar el celibato, es relativamente fácil siempre que sigas las normas que te han dado durante los doce años que estábamos en el seminario: recoger la vista sobre todo al salir de paseo; no debías ir mirando todo y a todas partes y mucho menos fijar tu vista en las mozas, en los escaparates, en los carteles porno. Durante las vacaciones no debes tener trato con ninguna niña pues esto te haría perder la vocación y si querías llegar a ser cura, pues ya sabes, recogimiento y a restringir el trato hasta con los amigos del pueblo, pues ellos no tienen la vocación que tú tienes. Vergonzosamente tengo que confesar que, como todo me lo creía, yo no gozo de la amistad de una sola persona en mi pueblo. ¡No tengo amigos.! (Allí, se entiende). Sólo la familia; y como no tenía hermanas, pues de eso me ahorraba.

La oración diaria y la penitencia, el cilicio e incluso la disciplina, ayudarían a conservar la vocación -celibataria- a través de la mortificación de la carne, ascética, pura ascética, voluntariamente impuesta por mí mismo. También los Ejercicios Espirituales de S. Ignacio de Loyola, que realizábamos cada año al menos una vez (ocho días completos y en silencio). Al pasar a estudiar Teología (los últimos cuatro años de la carrera) se hacían durante un largo mes. Pues en los ejercicios, se nos aconsejaba la práctica de la penitencia-mortificación «hasta que no se corrompa el sujeto». Hoy traduciríamos hasta que no se estropee la salud. Dormir en duro (una tabla) si fuera preciso o incluso tomar de vez en cuando una ducha de agua fría. Todas estas cosas, nunca fueron impuestas, que yo sepa, pero sí aconsejadas y yo, como he dicho que me lo creía todo, tomaba todas estas medicinas, con la debida prudencia, para que no se corrompiera el sujeto, y así venía yo conservando mi vocación.

Toda esta ascética, no sólo se conservaba en el seminario sino también después, ejerciendo ya de cura, para eso te aconsejaban que frecuentaras, semanalmente, el sacramento de la penitencia con un mismo confesor que sería tu padre espiritual.

Además de todo eso, la oración diaria, al menos media hora, la lectura del Oficio Divino (bajo pecado mortal si lo dejabas pudiendo rezarlo; se tardaba entre tres cuartos de hora y una hora aproximadamente), la celebración de la Santa Misa aunque no hubiera fieles que la escucharan. Todos estos medios y algunos más que puede que se me pasen, hechos voluntariamente y con la gracia de Dios, que te aseguraban que nunca te faltaría, te daban un blindaje que no lo derribaría el diablo por mucho que se empeñara, máxime si acudías a la Santísima Virgen, a la que te unía una sincera devoción fomentada durante la estancia en el seminario, desde el primer día que entraste.

Y yo que me lo tomaba todo al pie de la letra, realizando, tomando todas las recetas que te aconsejaban sobre todo el director espiritual y los directores de los ejercicios espirituales, anuales, los retiros y las conferencias que realizábamos de vez en cuando, fui conservando mi vocación a la misma vez que el celibato.

Inconsciencia y traición del subconsciente

Hasta qué punto yo me sentía seguro que un día presidí la celebración del sacramento del matrimonio de unos feligreses míos: ella colaboraba en la parroquia dando catequesis a los niños, él había estado en el extranjero en las emigraciones de los años 60, yo también había estado en Europa visitando a mis feligreses emigrantes y a su regreso, cuando contrajeron matrimonio, aquella noche yo no pude pegar ojo.

Yo, que no había tomado conciencia de mi enamoramiento de aquella muchacha, pues jamás se me ocurrió tratarla con distinción sobre las demás, me vi obligado a preguntarme la causa de mi insomnio. Sentí rabia, sinceramente, pues no había sido consciente. El subconsciente, a base de tanta «píldora espiritual-ascética» me había traicionado. A pesar de todo, ésta no fue la causa que me obligó a salir de cura. Este caso, me abrió los ojos y me sentí persona normal, viviendo anormalmente.

También he de confesar sinceramente que continué con las recetas anteriores, pues yo no había decidido aún salir de cura y si quería seguir, y lo quería, debería continuar como hasta entonces.Yo creo que la causa más importante, la principal que me obligaría a tomar más adelante la decisión, fue la soledad en la que yo, igual que cualquier célibe, me sentía. Sobre todo al faltar mi madre que murió en 1971. Mi padre también murió en el 1966, si mal no recuerdo.

Tomando conciencia de la afectividad

A partir de aquellos cursillos de dinámica de grupos, en los que conscientemente di rienda suelta a mis afectos, como sin querer, me enamoré de una de las asistentes al cursillo y ella de mí; pero había una dificultad grandísima, insalvable para manifestar nuestra situación y mucho más, para tomar la decisión de secularizarme.

Además, había una diferencia de unos veinte años de edad; la prudencia imponía cortar esas relaciones ya que eran inviables.Como en estas circunstancias fui tomando cada vez más conciencia de mi afectividad, de mi soledad y de la gran contradicción en la que estaba situado -la iglesia por la que peleaba no nacía, y la tradicional debía mantenerla honradamente mientras estuviera al cargo de la parroquia- comencé a situarme ante los hechos y a tomar la decisión de salirme.

Cuando el obispo decidió darme un año sabático, vi el cielo abierto y sentí que ésta sería la solución para romper con la parroquia, ya que me costaba mucho trabajo tomar esa decisión. Durante mi estancia en Roma, un buen amigo, me abrió los ojos y me decidí por hacer Filosofía. En ese tiempo contacté por correspondencia con la que había de ser mi esposa, a la que ya había conocido antes de marcharme.

Decisión de casarse: una situación muy dura

Al volver de Roma, muy rápidamente tomamos la decisión de casarnos, pues, después de comunicarlo al obispo y a mi familia, en la que sólo encontré oposición, mi situación era totalmente insostenible.

Sin casa, sin coche, sin paga sin trabajo, sin oficio que practicar. Sin nada de nada, caí con un cólico nefrítico y me tuvieron que atender en la casa de uno de mis hermanos, a quien al restablecerme después de arrojar un cálculo, pedí cien pesetas para comprar un paquete de Fortuna y poder fumar durante unos días.

Esta situación fue muy dura para mí, no sólo económicamente; además del rechazo de mi familia, en ningún momento recibí apoyo económico ni moral de nadie. Como si no hubiese pertenecido a la diócesis, ni el obispo me ofreció ayuda alguna -algo que por otra parte yo esperaba que así fuera- ni compañero alguno me saludó comprendiéndome, ni nadie de la diócesis me dio una palmadita en la espalda reconociendo los servicios prestados durante veintitrés años, como entre compañeros de trabajo se suele hacer. Excomulgado de facto, como quién dice, o incluso como un tiñoso, la mayoría de compañeros evitaban mi presencia. Ante estas situaciones ¿ha fallado mi fe? No, ni mucho menos.

En comunión con la iglesia

Me he seguido sintiendo iglesia gracias a mis contactos y pertenencia a la HOAC. Allí siempre fuimos bien recibidos. En distintas ocasiones me vinieron a buscar desde Granada, ciertamente con el deseo de que mi mujer y yo comenzáramos a reiniciar ese movimiento en Almería y sin que mi situación supusiera ningún obstáculo Nunca me preguntaron si estaba secularizado o no, nunca me pusieron condiciones, siempre fuimos tratados como uno de tantos, como unos militantes más. En comunión total con la HOAC y con la iglesia. No puedo menos que manifestar públicamente nuestro agradecimiento a la HOAC por habernos tratado con dignidad.

También tengo que decir que en los años sucesivos, hemos tenido contactos con otros movimientos como las Comunidades Cristianas de Base o la corriente ideológica Somos 1glesia, o el Foro Diamantino García6 de Andalucía, en los que al igual que en la HOAC, nos hemos sentido a gusto, sin ninguna discriminación.

La secularización nunca fue objeto de preocupaciones

Yo siempre fui contrario a pedir la secularización y no la llegué a pedir, hasta que un día, el obispo saliente, pienso que quería dejar todo atado antes de marchar, me llama y después de un largo diálogo sobre muchas cosas, casi todo de teología y también sobre la iglesia, me indica que pidiera la secularización. Para mí, que la secularización nunca fue objeto de preocupaciones ni motivo de escrúpulos de conciencia, no fue ningún obstáculo insalvable. Accedí y le dije que cuando él quisiera que pidiera mi secularización. Le sentí aliviado y me recomendó que la tramitara a través del vicario. Así lo hice bajo la promesa de que el cuestionario sería sencillo (pues constituye un juicio y por escrito), humano y que no tardaría más de unos quince o veinte días.

Que fue sencillo y nada comprometedor, como en otras ocasiones se había realizado, sí; y me alegré poder decir y expresar mis sentimientos con respecto a la iglesia con toda libertad como lo hice. La tramitación, por lo que sea, no ha tardado unos quince o veinte días. Hasta la fecha, y han pasado ya varios años, no me han avisado para ir a recoger la contestación que dicen suele venir del Vaticano. Y como creo que no me hace falta para nada, más bien me alegro que no se haya tramitado.

Viviendo de un trabajo civil

Nueve meses me tiré buscando trabajo. Hice de agente de seguros. No logré asegurar a nadie. Era imprescindible conocer y estar relacionado, muy relacionado, en el ambiente del pueblo donde habíamos determinado vivir; y yo no conocía a nadie. No conocía nada más que al cura y ciertamente no era de mis mejores amigos.

Al cabo de nueve meses, sólo realicé la sustitución de un maestro y me dieron diez mil pesetas, las primeras en mi vida que cobré por realizar un trabajo civil. Por fin encontré un despacho en una fábrica de prefabricados de hormigón y materiales para la construcción, con una media de ocho o diez trabajadores, que no tenía contabilidad alguna. Quise poner al día la empresa y comencé por hacer un cursillo de contabilidad mecanizada que duró cinco meses con asistencia diaria, hasta los sábados; aprendí a manejar el ordenador y los conceptos básicos contables para iniciar la contabilidad; allí, después de diecisiete años ininterrumpidos de trabajo me jubilé.

Una experiencia de paz y tranquilidad

A excepción de los pocos días en los que tuve que forzar la marcha para superar el bache de mi salida del clericato, tanto con la institución como con mi familia, mi experiencia fue de paz y tranquilidad. En ningún momento sufrí desasosiego por lo que había dejado atrás. El trabajo no fue ninguna carga ni experiencia nueva pues supe lo que es estar asalariado durante mi estancia de cura obrero.

La vida de familia, ciertamente me llenaba. Begoña -que así se llama mi esposa- vino a completar mi persona, como Dios manda. Cientos de proyectos surgieron en aquella casita humilde de unos setenta y cinco metros cuadrados, en la que nos cobijamos desde el comienzo y que con la ayuda de familiares de Begoña y otros amigos, pudimos comprar por dos millones de pesetas.

De inmediato contactamos con MOCEOP. No hubo lugar a ruptura alguna con la HOAC; antes al contrario, logramos reiniciar esta organización en la capital y en algún otro pueblo y, después del traslado del párroco, conectamos plenamente con la parroquia y los grupos parroquiales, tomando parte en ellos sin ninguna dificultad.

A los dos años de casados nació nuestra hija única, que como podéis imaginar nos colmó de felicidad y durante su vida infantil nos fue relacionando con los padres de los niños/as de los demás colegios y del instituto. La niña creció consciente de su situación de ser hija de cura, que no vivió con complejos de ninguna especie hasta tal punto, que un día, en clase de religión, la religiosa que estaba dando la clase (tendría nuestra hija como unos ocho o diez años) se le ocurrió decir que los curas que se salían eran unos desgraciados en su vida posterior; la niña, ni corta ni perezosa, levanta su mano y pidiendo la palabra le hizo una salvedad a la monja: «Madre, yo soy hija de cura y de monja y estoy orgullosa de mis padres y ellos de mí». Suponemos que a la profesora de religión no se le ocurriría en sucesivas ocasiones hacer alusión a estas situaciones, que, por otra parte, son cada día más normales entre las iglesias y entre los seglares, que las ven con ojos más naturales a no ser que se sitúen en la extrema derecha de la iglesia o de la sociedad.

En la iglesia, en una comunidad doméstica

Nosotros no sólo hemos seguido en la HOAC y seguimos; sino que también hemos colaborado y seguimos colaborando con Somos 1glesia, Redes Cristianas, y con Comunidades Cristianas Populares. Nuestro mejor deseo es conseguir una comunidad cristiana doméstica7, a ser posible, dentro de la iglesia local. Esto que a simple vista parece fácil y sencillo, no lo es tanto. Surgió, por fin, un grupo de oración, reflexión cristiana y de compromiso en el ambiente, de cara a los más débiles como son los inmigrantes; salió y componemos una pequeña comunidad con ellos, pero en la parroquia no parece que seamos bien recibidos. Tomamos parte cada dos años en la Semana Teológica de Andalucía. También en el congreso anual de Teología de la asociación Juan XXIII. Además, en la diócesis hemos realizado dos años seguidos unas jornadas de Teología de cuatro días de duración y con la asistencia de unas cuarenta personas cada vez.

Siguiendo el espíritu y las recomendaciones de la HOAC pertenecemos al Foro Social que tiene su sede en la capital de la provincia. Tomamos parte en la sección de inmigración. Aportamos y recibimos de este foro todas las inquietudes políticas y participamos en las campañas que se realizan desde esa institución y en las manifestaciones de apoyo o de protesta que también se realizan. Este organismo está compuesto por personas de distintas procedencias, con ideologías sobre todo de izquierda. Y aún, nos queda tiempo para dar unas clases de lengua española a inmigrantes, dos días a la semana.

Tenemos la gran satisfacción de ver a nuestra hija, hoy, en la universidad, terminada ya su carrera, y realizando el cuarto curso de otra, implicada también en organizaciones de compañeros con gran inquietud social.Ni que decir tiene, que a pesar de las dificultades, nos sentimos iglesia, la queremos y la defendemos, aunque realmente nos duele: nos duelen las posturas, las publicaciones de parte de la jerarquía, que la mayoría de las veces, a pesar de sus conocimientos bíblicos y de la misma Doctrina Social de la Iglesia, no son capaces de ayudar con un dedo a realizar lo que dicen evangelizar. El contra-testimonio de la emisora de la iglesia, la Cope, en la voz de Federico Jiménez Losantos8; la condena del apostolado testimonial que se realiza en la parroquia de San Carlos Borromeo9 de Madrid, que al final pudo solucionarse sin el cierre de dicha parroquia porque se dialogó; la postura de algunos obispos en contra de la asignatura Educación para la Ciudadanía; la presencia de los mismos en manifestaciones de la derecha, significándose en gran manera cuando no han tenido la postura evangélica de manifestarse con motivo de la guerra de Irak, no han sabido decir «No a las guerras», ni en ninguna manifestación en pro de los Derechos Humanos (tampoco los han firmado en el Vaticano).

El no saber (o no querer) facilitar las cosas para renunciar directamente a los privilegios de los Acuerdos con la Santa SedelO, pudiendo dar así un gran testimonio de humildad, sencillez, desprendimiento. antes al contrario, manteniéndolos contra viento y marea, recibiendo sin rubor alguno el óbolo y la parte correspondiente al impuesto que voluntariamente hacemos los cristianos con nuestra señal de la santa cruz en los papeles de Hacienda. Revisemos nuestras conductas. Juan Pablo II nos dijo que la motivación que tenían algunas personas para ser ateos, era el mal ejemplo de algunos cristianos.

Pasando hoy por internet, me encuentro con el resumen de una encuesta que comenta Pagolall de esta manera: «Los sondeos indican que la palabra de la Iglesia está perdiendo autoridad y credibilidad. No basta hablar de manera autoritaria para anunciar la Buena Noticia de Dios.

No es suficiente transmitir correctamente la tradición para abrir los corazones a la alegría de la fe. Lo que necesitamos urgentemente es un enseñar nuevo. No somos escribasl2, sino discípulos de Jesús. Hemos de enseñar curando la vida, no adoctrinando las mentes. Hemos de anunciar su Espíritu, no nuestras teologías».

(Notas)

1 Manteo era la capa negra con cuello que vestían los curas sobre la sotana, hasta el Vaticano II en 1963, y que en otro tiempo usaban los estudiantes. Teja era un sombrero semicircular con ala ancha y redondeada usado por el clero católico. Tonsura: ceremonia de la 1glesia católica, en la que se concedía a un hombre el grado preparatorio para el sacerdocio mediante un corte de pelo en forma de círculo rasurado en la coronilla. A las mujeres que deseaban ser religiosas se les cortaba la melena en la ceremonia equivalente.

2 El día de Santiago es el 25 de Julio.

3 Ver en Glosario Acción Católica

4 Un cilicio es un instrumento de mortificación corporal. Es una cadena de pequeñas puas, que se aplica en la pierna, a la altura del muslo. Pincha y no deja cicatrices. Es molesto, pero se puede hacer vida normal. Los numerarios y agregados del Opus Dei lo usan dos horas cada día, salvo fiestas.

5 Látigo para autoflagerlarse como penitencia, como mortificación. Lo usan también en algunas procesiones de Semana Santa los penitentes.

6 Foro de debate de cristianos sobre temas actuales. Diamantino García fue cura obrero campesino, de Los Corrales (Sevilla). Le llamaban «el cura de los pobres». Cofundador del Sindicato de Obreros del Campo, en 1976, y de la Asociación pro Derechos Humanos de Andalucía, en 1991. Poco antes de morir en 1995, desestimó la propuesta de ser Defensor del Pueblo Andaluz.

7 Pequeños grupos de cristianos que se reúnen en las casas, comparten la fe, sus inquietudes y aspiraciones y celebran la eucaristía.

8 Periodista polémico, que estos últimos años fue director y presentador muy discutido de programas informativos y de debate en la COPE, hasta que fue cesado en 2009. Cuenta con varias sentencias judiciales, unas en su contra y otras a su favor, a raíz de diferentes demandas interpuestas por políticos, organizaciones y periodistas de todas tendencias, objeto de sus críticas.

9 Parroquia de Vallecas, que se hizo célebre en 2007 a causa de las protestas generadas cuando estuvo a punto de ser clausurada por el Cardenal Rouco, de Madrid. Las razón aducida para esta clausura era la utilización del templo para la pastoral social con emigrantes, drogadictos, sin techo, etc. Finalmente cesó como parroquia, pero continúa como iglesia.

1O Acuerdos que actualizan el Concordato entre el Estado Español y el Estado del Vaticano (1953), firmados en 1979.

11 José Antonio Pagola (1937). Sacerdote licenciado en Teología y experto en la Biblia. Fue rector del Seminario y Vicario General de la diócesis de San Sebastián. Su libro Jesús. Aproximación histórica (PPC, Madrid, 2007), escrito en un lenguaje muy asequible, ha levantado opiniones contrapuestas y ha estado a punto de ser condenado por el episcopado.

12 Para los hebreos eran los copistas de las Sagradas Escrituras y, posteriormente, incluso doctores e intérpretes de la ley, que con frecuencia estaban enfrentados a Jesús en los Evangelios por su interpretación literal de la Ley judía.


DESPEDIDA DURANTE EL SEPELIO DE LA COMUNIDAD DE MACAEL (Almeria)

Hoy ha muerto un gran cristiano, ha muerto Camacho. La iglesia de Macael está en deuda con él:


ARRABALES (A José Camacho “In memoriam”)

Dios se esconde en los arrabales de la vida:

los niños, los pájaros, los lirios del campo, el grano de mostaza…

Prostitutas, locos, drogadictos, presos, mendigos,

Los perdedores de este mundo y todos los afectados por cualquier calamidad

Forman parte del cupo de predilección…

El rostro amoroso de Dios, Jesús, el galileo,

nunca abandona el barco.

El Señor siempre está ahí alentando y dando calor humano y divino desde dentro

Mas necesita también nuestras manos

Como las del padre bondadoso y buen samaritano.

Tu, amigo Pepe, dejaste en Macael tu entrega total, en años difíciles, a los pobres, jornaleros, al pueblo entero.

Hoy Macael está aquí contigo.

Shalom, amigo Pepe.

Hasta nuestro encuentro en los brazos del Dios de Jesús.



Homenaje que le hizo la gente de las Canteras de Macael a Pepe Camacho un año antes de su fallecimiento, cuando ya estaba postrado por la enfermedad...

D. JOSE CAMACHO VIUDEZ, GRACIAS DESDE EL CORAZÓN DE LAS CANTERAS DE MACAEL.


Gracias por tu compromiso social y de fé con esta tierra que tuvo que ganarse sus reivindicaciones sociales a base de compromisos serios, incluyendo el tuyo, donde predicación de la palabra y ejecución de la misma se fraguó en el tajo. Ahí quedó reflejada tu huella de lo que se hizo en Macael.

Hoy cuando los trabajadores celebramos la fiesta del movimiento obrero a nivel internacional, donde las reivindicaciones sociales, fueron el eje de la celebraciones, en este día singular cargado de historia, tenias que estar presente TU, querido y recordado sacerdote, de aquella maravillosa época, lejos del boato, pero cerca de tus CANTEROS DE OTRO TIEMPO, y son ellos y con ellos, DONDE TUS MIRADA CANSADA QUEDO REFLEJADA, en este lugar fruto de la lucha obrera, que se hacía con el uso de la palabra y la acción.

Hoy, como todo primero de mayo, también debe y tiene que ser reivindicativo,… porque si la crisis está, no queda más alternativa que plantarle cara. …. ¿Que hacer?... porque el problema y las consecuencias de la crisis, no tiene solución por vía de ocurrencias,… tenemos que reinventarnos, buscar soluciones colectivas con esfuerzo, talento y creatividad que favorezcan nuestra comunidad, con la mirada puesta en el bien común.

No podemos pasar por alto la situación de una parte importante de nuestros convecinos que están afrontando una crisis sin precedentes en la historia reciente de Macael, que afecta de lleno a sus hogares y futuro de sus hijos…principalmente a los que todavía no han tenido la suerte de encontrar trabajo, los que han sido despedidos, a nuestros jóvenes y menos jóvenes, donde reina el calvario del paro… que,… está llevando a parte de este pueblo a sufrir más allá de lo razonable….

Por tanto y como reivindicación en este primero de mayo, la apuesta de la unión sería tan válida como lo fue en otro tiempo, fraguándose las conquistas sociales del movimiento obrero de nuestro pueblo, al que se unió la cúpula de la Iglesia de Macael…, y su entonces sacerdote D. JOSE CAMACHO VIUDEZ, con su entrega y solidaridad con los canteros …. Con TU grito DE PAZ“UNIDOS EN EL TRABAJO CONSTRUYAMOS EL FUTURO. “Por TU apuesta e impulso del fenómeno cooperativo de MACAEL, que después de 50 años sigue vivo y seguirá si vamos en la misma dirección… A TI querido sacerdote y todos los que hicieron posible aquella realidad nuestro recuerdo y agradecimiento.

Con ese horizonte como referencia, pudimos observar cómo reaccionaron en aquella época de crisis, nuestros canteros (Pues no llegaron las conquistas sociales por casualidad, tuvieron los líderes obreros y trabajadores que llegar a plantearse la opción y posteriormente ejecución de las huelgas generales en la comarca, como medio para alcanzar las mejoras sociales, que al final se consiguieron:

Mejoras en Seguridad Social, coeficiente reductor que reduce el tiempo de trabajo en la cantera. Se avanzó en…Seguridad minera, jornadas y horario de trabajo semanal acorde con las directrices europeas, comedores en la sierra, convenios colectivos dignos, nuevos viales, electrificación de la sierra, paro cero, con incorporaciones masivas de obreros a Macael, de otros puntos de Andalucía.

Hoy nos cuesta entender, que los logros y sacrificios de empresarios y obreros se hayan ido casi al traste por un desajuste económico y financiero mundial…. Pero, más nos cuesta entender, que algunas de las herramientas protagonistas del cambio, hayan perdido protagonismo e incluso se piense en hacerlas desaparecer.…. (Sigo reivindicando para Macael, la unión y la solidaridad , ya que pueden ser válidas en estos tiempos difíciles … aprovechando el despliegue de las nuevas tecnologías pudiendo acceder a toda la información disponible a gran velocidad más allá de nuestra limitación geográfica, y lo fundamental de su contenido, defender con generosidad… el interés general)…. Ahora, que un porcentaje elevado de la población depende de la pensión, ayudas sociales… y el resto con salarios no al alza precisamente, desahucios de viviendas y desmantelamiento del tejido empresarial, asediado por entidades financieras sin escrúpulos, o cuando no se administran los intereses generales por encima de cualquier otra consideración,… donde se exige rigidez en la observancia de la norma para muchos, y relajación de las responsabilidades para beneficio de pocos, esta es la lenta agonía de lo común.

Deseamos dejar constancia de nuestro reconocimiento… Y TAMBIEN… RECUERDO al colectivo de EMPRESARIOS,… QUE ACOMETIERON GRANDES INVERSIONES EN ESTA SIERRA, CON VISIÓN GLOBAL UNOS, CON MENOS OTROS… A LOS QUE HAN TENIDO MÁS SUERTE O… MENOS SUERTE,…Y… A TODOS AQUELLOS CANTEROS QUE HICIERON POSIBLE EL DESARROLLO DE MACAEL….

GRACIAS QUERIDO SACERDOTE…D. JOSE CAMACHO VIUDEZ…QUE EL DIOS DE LA MISERICORDIA TE CONFORTE… EN ESTOS Y TODOS TUS MOMENTOS.

Comedor del Pozo de Macael, 1º de mayo de 2016.

ASOCIACION DE LA TERCERA EDAD MACAEL...ALMERIA...



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